Carta de amor a la soledad
- Andrea Sarmiento

- 4 dic 2020
- 2 Min. de lectura
Y bueno nuevamente estamos hablando tú y yo, querida soledad.
Seis meses después. Menos errores de ortografía y más reflexiones que antes. Increíblemente pasé de tenerte miedo, a esperarte con ansias para saborear cada minuto contigo. Ahora te deseo y te disfruto. Despacito como se debería disfrutar un amante.
Ya que estamos volviendo a la normalidad. Ahora que los planes vuelven a activarse y que comienzo a estar más tiempo con mis amigos y familia, que contigo. Te busco. Te extraño.
Como cuando uno está tragado, cuenta los segundos, y no se aguanta las ganas de estar con esa persona que no se le sale de la cabeza. Así estoy contigo. ¡Que traga tan brava! Las conversaciones que tengo contigo, el tiempo que compartimos juntas, las conclusiones a las que llegamos y el crecimiento que me generas. ¡Hace que me enamore más y más de ti!
Dejo mi celular votado en cualquier lugar.
No tener mensajes de absolutamente nadie esperando por mi respuesta, hoy en día es gratificante.
Un viernes o sábado en la noche sola, ya no es motivo de buscar algo que hacer, porque ahora tengo mucho que hacer.
Veo cómo se desenvuelve la vida a mi alrededor y cómo las mujeres tenemos menos tiempo para nosotras. Hay que compartirlo con los hijos, los esposos, los amigos, esas tan demandantes "vueltas varias" o el más acosador de los acosadores: El trabajo.
Pero, tengo que confesar que, no me siento asi siempre. No me he terminado de reconciliar contigo y en algunos momentos termino pegada al celular. Que a todos nos volvió esclavos. Sin embargo hoy en este instante. Te valoro. Te quiero. Te aprecio. Y te disfruto.
Precisamente por eso lo quiero dejar aquí escrito. Para plasmar este sentimiento de aprecio al cual pueda volver cuando me incomodes. Cuando te evite. Cuando no te quiera. Y sobre todo cuando no quiera pensar.








Comentarios