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Levitando

Estoy en la sala, acompañada de K y B. Estamos escuchando música.

El televisor del que está saliendo la música se abre. Sale Dua Lipa de la pantalla y se para al frente mío, con su voz grave, preciosa, femenina, es la elegida por este territorio sagrado, la tierra de los anglos, para cantarme un himno solemne de amor.

La miro. Escucho el ritmo. Arranca con dos Claps. Entro en esta puerta dimensional sagrada donde la música comienza a iluminar un camino hacia las estrellas. Entro en trance, elevo mis dos brazos a la altura de mi pecho, los pongo en posición de oración, cierro los ojos.

Clap Clap, aplaudo con mis manos.

If you wanna run away with me, 

Clap clap

Y sí, corrí no sé todavía de qué, pero corrí de mi Bogotá amada y aterricé en Londres.

I know a galaxy

And I can take you for a ride.

Clap Clap.

Como Wendy en Peter Pan comienzo a levitar, salgo de mi cuerpo y me voy a la tal galaxia a la que Londres me quiere llevar.

Las palabras de la canción dirigen mi andar y los claps, el ritmo de mis pasos en esta galaxia.


Llego a una primera estrella:

Octubre 2021, Bogotá, Colombia.

Estoy sentada en la casa de K y B, hablando con N de todos los preparativos para irse a Londres.

—Que tal que yo termine allá — le digo a N. 

—¿Qué? ¿Cómo así? —me pregunta emocionada. 

—Sí, hace un par de semanas hablé con la dura del equipo allá en Londres y le dije que me quería ir a Nueva York, Londres o Singapur. 

—¿Dios y que te dijo???

—Que lo tenía en cuenta, pero que primero solucionara el problema que teníamos con el man de compras. 

—¿Dios, te imaginas?? —Me dice N emocionada. 

—Uff sería lo máximo

Marzo 2022, San Francisco, Colombia. 

—N, me voy para Londres —le envío un mensaje de WhatsApp a N. 

Me llama inmediatamente —No, ¡¿es en serio?!

—Si marica, estoy en shock. 

Agosto 4 2022, aterrizo en Londres. 

Había estado aquí, hacía mucho tiempo, la experiencia no fue buena, me dio un ataque de pánico en la torre de Londres, ¿Por qué?, ni idea, yo se lo atribuyo a experiencias de vidas pasadas. También pudo haber sido, el olor asfixiante a humanidad que me envolvía en pleno verano, dentro de un salón milenario, oscuro y lleno de joyas. No sé, el caso, es que en ese momento, en mi adolescencia, Londres me había parecido una ciudad "megh", ni fu ni fa, y cuando pensaba en ciudades que quería visitar nunca se me pasaba por la cabeza. 

El trabajo me trajo nuevamente, y ahora, esta vez estoy absolutamente enamorada de su belleza. Todos los edificios son bonitos. Paso horas tomándole fotos a los edificios, los parques, las paredes, los pisos, los baños. Mi memoria y capacidad mental, no pueden contener tanta belleza, entonces me toca fragmentarla en imágenes dentro de la memoria del celular. 


Segunda:

Clap clap 

You want me, I want you baby. 

Clap Clap

I had a premonition

that we fell into a rhythm

Where the music don't stop for life

Clap Clap  

Llevo en Londres menos de un año y estoy enamorada. No del par de ojos turcos de los que hablé en un texto anterior, no, estoy enamorada de Londres. Ella es mi amante eterna de vidas infinitas. Nuestras vidas y canciones juntas no terminaron con los cuerpos del pasado, vuelven en esta vida. Londres y yo solo teníamos que encontrar nuestro ritmo, y ahí vamos, a veces me pierdo, pero mi pareja, amante, compañera de baile me abraza como lo hace un buen profesor de baile y a punta de movimientos inesperados me permite volver a coger nuestro ritmo. Y me dejo llevar en sus ritmos, sus curvas, levito. Levito en el tube navegándola entre sus entrañas. Levito en el overground viendo sus cuerpos de agua, sus parques, sus calles desde arriba. Levito en el uberboat que me revela los edificios iluminados con tal precisión que parecen de oro. Levito en sus escaleras eléctricas, no lo puedo creer, —Jueputa, estoy en Londres— me reafirmo a mí misma en medio de mi incredulidad tratando de reafirmar que efectivamente si estoy subiendo las escaleras eléctricas de cualquier estación de underground.


Tercera:

Clap Clap

Glitter in the sky, glitter in my eyes

Shining just the way I like

If you're feeling like you need a little bit of company

You met me at the perfect time

Clap Clap

Escucho reguetón. Estoy flotando sobre el agua y tomándome un tequila con un man que acabo de conocer, es de Canada. Han pasado tres días después de haber aterrizado en este territorio sagrado. Estar navegando una diosa, la Diosa Támesis, y el ritmo de la música latina, despiertan mis poderes mágicos.

—So, out of the five countries, you have lived in, ¿Which one has the most attractive men?

—Turkeye, by far —digo absolutamente convencida.

—¿Really?

Exactamente, 47 minutos después tenía frente a mi la materialización de todos mis deseos carnales en un cuerpo. Nos miramos. Nos hicimos a la orilla del bote. Ya abrazados, conversamos.

—Where do you think I am from? — Como estamos en una fiesta de reguetón busco el lugar en el que he visto este nivel de guapura.

—Brazil —digo.

—No, I am from Turkeye.

—What? How come there is a Turkish man in a regueton party?

—I love reguetton.

Incrédula de mi suerte y los regalos que me seguía dando esta ciudad, le sonreí, me volteé. Estábamos pasando debajo del puente de Tower Bridged. N nos llama, —Foto— grita, posamos. Mi deseo hecho realidad, y yo posamos con el puente de fondo, y como si con eso no bastara, estalla el brillo, el cielo se llena de fuegos artificiales. Me doy la vuelta a verlo. Mi turco me abraza por detrás. Miro sus brazos bronceados y fuertes abrazándome. Miro el Tower Bridge. Miro el espectáculo de fuegos artificiales y el reflejo de ellos en el agua de la Diosa que exacerbó mis poderes. Doy las gracias. Me doy la vuelta, lo miro a los ojos y nos damos un beso. Horas más tarde me vuelvo a encontrar con el canadiense. Ya estamos saliendo del bote.

—How do yo do that?

—What? —pregunto sonriendo mientas, veo que mi turco me trata de agarrar la mano, de por allá atrás para no perderme entre la multitud de personas que se están bajando del bote.

— You literally manifest a turkish guy into a reguetón party after we spoke.

—I am a witch — le digo, confirmando mis capacidades mágicas.

Cuarta:

Clap Clap

You, moonlight, you're my starlight (you're the moonlight)

I need you all night, come on, dance with me

Clap Clap

Esa noche la Diosa Támesis me guió. Esa noche entendí que habitaría Londres a sus orillas. Me llevo por sus aguas, a la que sería mi casa, bordeando sus curvas, y siendo mi acompañante durante los primeros años habitando a mi amante Londres. Hipnotizaba con su capacidad camaleónica de convertirse en cualquier cuerpo de agua, entendí mis complejidades y me vi en ella. En sus mareas altas y bajas, como si fuese un mar. En ser turbia y clara a la vez. En su capacidad de reflejar las luces de los edificios que la rodeaban como si fuese un lago apacible, inmóvil, un objeto especular que solo esta ahí para ser admirado y adorado, y al mismo tiempo moverse, turbarse y abrirse para ofrecer sus cavidades y superficies a los gansos, cisnes y patos que buscan refugio y alimento en ella. Un río que lo contiene todo. Un río lleno de brillo de estrellas y la luz de la luna reflejadas en sus aguas benditas. Tan bendita que se convirtió en mi Diosa personal, mi Diosa Támesis, a quien adoraba y oraba todas las mañanas, pidiéndole que me penetrara con su abundancia y agradeciéndole su sostén.


Y me doy cuenta de que ya estamos de regreso.

Clap Clap

My love is like a rocket, watch it blast off

And I'm feeling so electric, dance my arse off

And even if I wanted to, I can't stop

Yeah, yeah, yeah, yeah, yeah

Y el amor despegó. El amor a mi amante Londres. El amor a mi Diosa Támesis. Y el amor a mí misma.

En el ritmo y la fricción del baile, me recargué, de la energía londinense, de mi energía, de la energía de las vidas pasadas y del poder de la Diosa.

Aquí me siento adecuada. Aquí me siento bonita. Aquí mi cuerpo no es reprochable, aquí no es gordo, aquí mi cuerpo ES, y ES suficiente. Suficiente para amarlo, para vivirlo, cuidarlo, consentirlo y sobre todo para escucharlo.

Me paro frente al espejo y puedo jurar que en una de estas tantas vidas pasadas Londres me concedió la dicha de habitar el sueño carnal, de un Yo anterior. Como si por allá, en las alturas, cuando mi alma joven y superficial estaba diseñando su nueva vida, se hubiera enfocado en crear a la mujer de sus sueños carnales y habitarla, en la que paradógicamente fue dada, pero no entendida hasta pisar esta tierra y hasta navegar en sus aguas. Y ahora me admiro, me adoro, me contemplo. —Jueputa qué cuerpo tan divino— me digo —Qué pelo. Qué cara. Qué ojos —estupefacta de cómo no fui incapaz de darme cuenta antes, de tanta belleza.

Aquí en Londres, en sus ritmos, mi cuerpo florece.

Londres ilumina mi cuerpo.



Ilumina todos los cuerpos diversos que la habitan.

Todos iluminados.

Todos bailando. Curvas muchas curvas, que aquí se habitan en contención, tranquilidad y seguridad. Y te escribo mi querida Londres porque en ti estoy segura.

Y levito habitándote, habitándome. 

Se acaba la canción. Miro a mi derecha y a mi izquierda. K y B están dormidos y yo acabo de aterrizar.


 
 
 

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